Desde las divertidas y tradicionales posadas hasta la piñata, pasando por la costumbre de mecer al niño y la misma flor de nochebuena, las fiestas decembrinas tienen mucho sabor a México.

FLOR DE NOCHEBUENA

¿Sabías que esta flor es mexicana? Sí, su nombre indígena es Cuetlaxochitl, del náhuatl cuetlahui que significa “marchitrse” y xóchitl, “flor”. Es la flor que se marchita. Los sacerdotes aztecas contemplaban esta flor antes de iniciar alguna ceremonia. También era el símbolo de la nueva vida, alcanzada por lo guerreros muertos en la batalla. Decían que estos guerreros regresaban a la tierra a libar la miel de esta flor. Además se utilizaban los pétalos macerados y mezclados con oxtle (resina de pino, ocote) y otra sustancia para teñir cuero y algunos textiles.

Existe en estado silvestre en los estados de Guerrero, Chiapas y Oaxaca, de donde es originaria y semi silvestre en las cercanías de los poblados donde se cultivaActualmente es conocida como flor de fuego, flor de Santa Catarina, flor de Pascua, flor de Catalina y flor de bandera. También en otros países se le conoce como poinsettia en memoria de Joel R. Poinsett, embajador de Estados Unidos en México en la primera mitad del siglo XIX, quien envió semillas de esta flor a Charleston, en el año de 1828 y que posteriormente se propagaron a Europa. En diciembre de 1899 la Basílica de San Pedro en El Vaticano fue adornada con flores de Nochebuena.

LA PIÑATA

Del verbo apiñar, atar, juntar, el nombre de la piñata se deriva de la palabra “piña”, fruta que simboliza este juguete, aunque con el tiempo se buscó imitar animales y otros frutos. La pignata italiana estuvo presente desde las primeras navidades novohispanas. Los artesanos mexicanos tomaron las ollas y las transformaron, con el papel de china, en un sinfín de objetos.

Los misioneros aprovecharon la tradición azteca para convertir a los indígenas a la religión católica y para, en cierta forma, dominarlos. Así, comparaban la olla de barro que está dentro de la piñata con el mal que se encuentra dentro de los seres humanos y el cual no se puede ver porque está escondido entre muchos adornos.

Con respecto a los siete picos que la adornan, representan los pecados capitales: la soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza. Estos pecados se deben contrarrestar practicando las virtudes contrarias: humildad, generosidad, pobreza, paciencia, templanza, caridad y diligencia.

La persona que le pega a la piñata representa al creyente que con su fe, que es ciega (por lo que está vendado) , y con la gracia y ayuda de Dios (por eso cuenta con un palo) le pega al mal hasta que lo destruye. Así, deja salir todas las gracias bendiciones, talentos y valores que Dios da a quienes creen en él para luchar contra el mal. Estas bondades están representadas por los dulces y frutas de la piñata como un regalo.

En México la costumbre fue implantada por los frailes que acompañaban a los conquistadores, quienes hicieron de ella un arma inapreciable para la evangelización. Y de esa suerte, con sutiles adaptaciones a la idiosincrasia indígena, los misioneros introdujeron los nacimientos a modo de obras teatrales. Fray Pedro de Gante, en su escuela en Texcoco, adiestró a los indígenas en la elaboración de figuras de los Nacimientos para estas procesiones. Durante dos siglos la tradición estuvo prácticamente reservada, pero a mediados del siglo XIX reaparecieron con gran fuerza popular. Hoy los encuentras en una gran variedad de materiales, tamaños y estilos.

La costumbre de “arrullar y acostar al Niño” antes de la cena de Nochebuena es muy mexicana. Simboliza el nacimiento de Jesús y su representación en el Nacimiento. Asi de mexicanos son nuestros jugos Rancho Natura, conoce más de ellos aquí.

 

Vía Mujer de 10